8/1/03

Ro Cassiopeiae:
La estrella que anunció la entrada en el nuevo milenio con una
espectacular explosión

La estrella, que experimenta este tipo de explosiones cada cincuenta
años, perdió en el último estallido una masa equivalente al 10% de la
masa del Sol

En esta ocasión fue grabado en directo y en el momento clave por un
equipo internacional de astrónomos con el Telescopio “William Herschel”,
desde el Observatorio del Roque de los Muchachos

Hasta ahora sólo sabíamos de otra estrella de comportamiento similar: la
famosa eta Carinae

IMÁGENES DISPONIBLES EN BETACAM: Tel: 922 605206

La entrada en el nuevo milenio fue celebrada por la estrella ro de la
constelación de Casiopea (ro Cassiopeiae) con una de las explosiones
estelares más enigmáticas en el Universo pues la estrella no se llegó a
destruir, lo que sí sucede en las supernovas. La grabación de la
explosión estelar, fenómeno que por  primera vez se observa en directo,
se realizó en el momento clave a finales del año 2000 desde el
Observatorio del Roque de los Muchachos, del Instituto de Astrofísica de
Canarias (IAC), con el telescopio “William Herschel”, de 4,2 m de
diámetro. Tras dos años de investigaciones analizando los datos, los
astrónomos que observaron esta espectacular explosión publicarán sus
resultados, así como el modelo que explica la frecuencia de cincuenta
años para el proceso, en un artículo especial de la revista
Astrophysical Journal del próximo mes. Estos resultados fueron
anunciados ayer en rueda de prensa por la American Astronomical Society
en su reunión anual.

La estrella ro de Casiopea ya había sufrido otras dos explosiones a lo
largo de los últimos cien años, en las que se desprendió de gran parte
de su masa: sólo en este último episodio de ahora, que se prolongó
durante dos meses, perdió lo equivalente a casi un 10% de la masa de
nuestro Sol. Como se produjo a finales del 2000, los astrónomos la han
bautizado como “la explosión del milenio”. Tras el estallido,
aparentemente la estrella se ‘recuperó’, volviendo al mismo estado en el
que se encontraba antes del violento fenómeno, aunque observaciones
recientes indican que la estrella ya se encuentra en un estado muy
inestable no observado anteriormente.

Estrellas hipergigantes

Esta estrella, de color blanco, amarillo o rojo, según las fases, y una
de las más luminosas y grandes que conocemos, pertenece a la clase de
las hipergigantes, caracterizadas por sus velocidades de turbulencias
supersónicas y de las que sólo se conocen unas diez en nuestra galaxia.
Con una magnitud 5, es distinguible a simple vista en la constelación de
Casiopea (en forma de uve doble). Es una estrella 400 veces mayor que el
Sol y un millón de veces más luminosa. Se encuentra a 3 kiloparsecs o
unos 10.000 años luz de nosotros, lo que nos informa del tiempo que la
luz de la explosión ha tardado en su viaje hasta ser observada en
nuestro planeta.

Según Garik Israelian, investigador del IAC y uno de los astrónomos del
equipo internacional que ha observado esta estrella, la causa de las
explosiones está relacionada con la gran masa de ro Cassiopeiae. “Cuanto
más masiva es una estrella –explica-, más combustible posee para generar
energía en su gigantesco ‘horno’ de fusión nuclear. Esto es lo que la
convierte en una estrella muy luminosa y caliente; la gran luminosidad
ejerce un efecto contrario al de la gravedad, llegando a provocar que
algunas partes de la superficie de la estrella pueden salir disparadas.”

Explosiones periódicas

Los astrónomos han comprobado la regularidad de la variabilidad de la
estrella, que experimenta grandes explosiones cada 50 años más o menos.
Ya en el 1893, se hicieron anotaciones sobre esta estrella. Pero fue en
1945 cuando ro Cassiopeiae expulsó una envoltura masiva y fría que la
oscureció durante algunos meses. Sin embargo, entonces no pudo
estudiarse con detalle al no disponer de las técnicas adecuadas. De modo
que apenas se tiene información de las anteriores explosiones.

En cambio, a finales del 2000, la grabación de este fenómeno se realizó
con un instrumento conocido como ‘espectrógrafo’, que puede analizar la
luz que emiten las estrellas y separarlo en sus distintas frecuencias.
En concreto se utilizó el espectrógrafo “Utrecht Echelle”, instalado en
el Telescopio “William Herschel”, de 4,2 metros de diámetro y propiedad
del Grupo de Telescopios “Isaac Newton”, en el Observatorio del Roque de
los Muchachos (La Palma).

En esta investigación se ha contado con la labor realizada por
astrónomos aficionados de varios países, que realizaron observaciones
fotométricas de esta estrella durante unos 300 días. Dadas las
probabilidades de que esta estrella pueda sufrir una explosión de
supernova en los próximos años, se invita a los astrónomos aficionados
de todo el mundo a colaborar en su seguimiento. Un comportamiento
similar podrían tener otras dos estrellas: la V509 Cassiopeiae o HR 8752
y la IRC + 10420.

 “Si la estrella sigue al mismo ritmo de pérdida de masa –advierte Garik
Israelian-, en unos diez años puede llegar a perder una cantidad
equivalente a una masa solar y en cualquier momento puede explotar en
forma de supernova o de hipernova. Creemos que las estrellas como ro
Cassiopeiae son los primeros candidatos a supernovas o hipernovas y que,
por tanto, podrían llegar a producir los fenómenos conocidos como GRB
(explosiones de rayos gamma). Estudiar la variabilidad de este tipo de
estrellas durante muchos años nos permitirá comprender los mecanismos
físicos de pérdida de masa, los cuales finalmente determinan que una
estrella masiva acabe como agujero negro o como estrella de neutrones”.

Hasta ahora sólo se conocía otro objeto estelar que sufriera unas
explosiones tan violentas y con pérdidas de masa tan grandes. Se trata
de la famosa estrella eta Carinae (la estrella eta de la constelación de
Carina o La Quilla) que, por este motivo, es uno de los astros más
conocidos, frecuente en libros de astronomía, películas, etc... “Ahora
–concluye Garik Israelian-, ambas estrellas tendrán que repartirse el
interés de la comunidad científica.”

Equipo internacional

Junto al investigador Garik Israelian, del IAC, forman parte de este
equipo internacional astrónomos del Harvard-Smithsonian Center for
Astrophysics de Cambridge en Massachussets (Estados Unidos), del Ritter
Astrophysical Research Center de la Universidad de Toledo en Ohio
(Estados Unidos), del SRON Laboratory for Space Research de Utrecht
(Países Bajos), del Departamento de Astronomía de la Universidad de Oulu
(Finlandia) y del Special Astrophysical Observatory de Nizhnij Arkhyz de
Rusia.

El seguimiento de la estrella se llevó a cabo desde 1993 hasta la
explosión del 2000-2001, realizándose cientos de observaciones. En ellas
han participado el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma,
España), el Observatorio de Ritter (Ohio, EE.UU.), el Observatorio Oak
Ridge de Harvard (Massachussets, EE.UU.) y el Observatorio Astronómico
Especial de Rusia.


Nota de prensa en:
http://www.iac.es/gabinete/noticias/noticias.htm